Los titulares son a menudo el único punto de contacto entre nuestro contenido y nuestros potenciales lectores. Por ello juegan un papel decisivo: pueden captar a los lectores o ahuyentarlos…
Crear titulares realmente rompedores es una habilidad muy delicada que ha de ir puliéndose con la práctica, y adaptándose progresivamente a nuestro público particular. Sin embargo, ya desde el principio podemos empezar a evitar los fallos más básicos cuidando estos cinco aspectos clave que nos señala el prestigioso ‘copywriter’ estadounidense Brian Clark.
1) Sin beneficios para el lector
Una de las claves del éxito en el blogging consiste en que el mensaje esté sintonizado con las necesidades del lector. Si fallamos al comunicar los beneficios que nuestro artículo aporta a los lectores, no tendremos lectores.
Por supuesto, tampoco debemos caer en el extremo contrario: prometer fórmulas mágicas que a todas luces son inverosímiles. El beneficio expuesto en el título necesita tan solo dos ingredientes para ser eficaz: ser relevante para nuestro público y que merezca el tiempo que el lector tendrá que invertir en leerlo. El titular debe responder a la pregunta: “¿qué me aporta leerlo?”
2) Falta de curiosidad
Incluso aunque los beneficios estén claros, debemos picar la curiosidad de nuestros lectores. Digamos que el envoltorio debe ser atractivo. ¿Y cómo hacemos esto? Despertando su imaginación con preguntas, números, frases desafiantes e incluso afirmaciones provocativas que inviten al lector a explorar el contenido.
3) Falta de especificidad
Cuanto más concretos seamos, más probable es que el lector nos otorgue su confianza, ya que la especificidad tiene la virtud de volver el beneficio algo tangible. El ejemplo más paradigmático son los ‘listartículos’, es decir los post basados en enumeraciones (como este). Funcionan porque el lector sabe exactamente lo que va a encontrar en su interior, lo que hace muy claro el beneficio.
Podemos combatir la falta de especificidad mediante variaciones del titular tipo lista, y también usando palabras como “este”, “estos”, “aquí”… Además, los números y porcentajes aportan muchísima especificidad.
4) Complejidad
Los titulares donde tratamos de decir demasiadas cosas no funcionan, porque son demasiado densos como para enganchar al lector: los titulares se leen rápido y en contextos donde la atención está muy dividida (feed de noticias, redes sociales, etc.) Un buen titular debe ser directo para ser eficaz.
Si tienes tendencia a enmarañarte a la hora de redactar titulares, concéntrate en eliminar las palabras que no sean indispensables, usar lenguaje familiar y reducir la idea general del mensaje a un solo concepto.
5) Sin sentido de urgencia
En un solo día leemos infinidad de titulares, y muchos de ellos nos interesan pero llegan a nosotros en un mal momento. Queremos leer el contenido, pero lo dejamos para después. ¿Y qué pasa entonces? Ese “después” a veces no llega nunca y jamás leemos el artículo. Por eso la urgencia es clave para que nuestros contenidos sean leídos.
Un titular totalmente rompedor debe crear en el lector la necesidad urgente de leer el contenido al instante. A menudo es porque los beneficios son muy útiles o porque el elemento curiosidad está funcionando muy bien.
Y ahora te toca a ti: te animamos a poner a prueba tus últimos titulares: ¿pecan de alguna de estas faltas Y los últimos artículos que has leído, ¿comunican los beneficios, te picaron la curiosidad, son específicos y simples, transmiten urgencia? Examina atentamente por qué funcionan y trata de poner en práctica las mismas estrategias en tus próximos post.
Me vendría bien seguir vuestros consejos, jeje. ¡Gracias!