Los que gestionamos las redes sociales de una marca tenemos muchas pequeñas cosas que llevar a cabo diariamente. No siempre se pueden realizar todas pero tu marca ganará en consideración si consigues un máximo:
1) Escuchar
A veces es un poco difícil entender que lo único que está haciendo la gente es darte las claves para mejorar, fidelizar y mantenerlos contentos. Así que escucha todo lo que tenga que decir cada uno de tus fans.
2) Responder
Contesta todos los comentarios. Sí, los negativos también. Siempre habrá picos (por ejemplo, si estás lanzando una campaña o si acabas de abrir un centro) pero no duran para siempre. Y el esfuerzo se ve recompensado: les estás diciendo que les tienes en cuenta, que sabes lo que necesitan, que tratarás de dárselo en cuanto puedas. Porque si lo piensas un poco es un lujo poder conocer todos estos datos y, además, a todo el mundo le gusta sentirse escuchado.
3) Agradecer
De la misma forma que nos gusta sentirnos escuchados, también nos gusta que, cuando decimos algo bueno, se nos tenga en cuenta.
4) Tener en cuenta lo que buscan tus fans al seguirte
A veces buscamos aportar aire fresco a nuestra comunicación compartiendo cosas que creemos que pueden interesar a nuestra audiencia. Pues bien: no siempre es así. No hay que tener miedo a probar y a buscar alternativas pero nunca nunca hay que dejar de escuchar. He estado revisando estos ‘terroríficos’ fails y me ha llamado la atención la marca Audi. Los followers pedían coches y Audi les daba hipsters y pseudoartistas.
5) Investigar dónde debes tener presencia
Cada red tiene su importancia y sus propias reglas (algunas no escritas). Es bueno ver si realmente te interesa estar en unas y otras y, sobre todo, es bueno conocer exactamente los recursos de los que dispones. Si crees que sería interesante estar en Instagram pero no tienes a nadie que haga fotos cada día, mejor no estar que estar mal.
6) Actualizar con frecuencia
No dejes tu perfil inactivo. Actualmente hay muchas herramientas para poder programar las publicaciones. En Facebook, por ejemplo, puedes programar directamente en la plataforma. En Twitter tienes Tweetdeck o Hootsuite. También tienes IFTTT… Tómate tu tiempo para programar, por ejemplo, los fines de semana o de cara a las vacaciones (si no hay nadie que se ocupe de las redes en tu ausencia). Además, siempre es bueno saber con qué frecuencia debes publicar.
7) Acercarte a la competencia
En algún momento puede ser interesante incluso tener una relación cordial vía redes sociales porque, cuando muestras que tu competencia a veces lo hace bien, también estás mostrando que no tienes miedo a que te pisen, que tú sabes que lo haces bien también. Se me viene a la mente, por ejemplo, el tres en raya que se marcaron KitKat y Oreo en el 2013.
Si no quieres seguirles directamente para conocer todas sus andanzas, las listas en Twitter pueden ser privadas y en Facebook, por ejemplo, puedes crear también listas de intereses desde tu perfil personal.
8) Utilizar los recursos con mesura
No utilices los hashtags de Trending Topics a tope, sin venir a cuento e intentado ganar visibilidad. Y es que se te ve el plumero y da una imagen pésima.
9) Tener un presupuesto para las acciones en redes sociales
Ya nada es gratis. Ni siquiera Facebook, no. Así que hay que ir reservando unos cuantos €, al menos para las campañas más importantes.
10) Meditar la conveniencia de tus palabras
Antes de darle a enviar, piensa y repasa lo que has escrito. Ten en cuenta que el medio escrito puede ser muy frío e, incluso, que las palabras se pueden malinterpretar. Cuida tu lenguaje, repasa por si hubiera faltas de ortografía y valora si el mensaje que quieres transmitir está bien expresado.
11) Optimizar el contenido de acuerdo al canal
Trata de adaptar tu mensaje a cada red social. Twitter necesita brevedad y hashtags, en Facebook los hashtags distorsionan, en Instagram las fotos deberían estar hechas con tu móvil… Y todas las imágenes de cada uno de los canales tienen unas medidas exactas. Adecúa tus creatividades a ellas. Si no eres diseñador o no cuentas con uno en tu equipo, puede que Canva te ayude.
12) Monitorizar tu marca más allá de tus propios canales
Desde Tweetdeck o Hootsuite, desde las Alertas de Google o simplemente haciendo una búsqueda cada cierto tiempo, puedes ver quién y cómo habla de ti en la red.
13) Tener un blog
Aporta credibilidad, ayuda al tráfico hacia la web y generas mucho más contenido de relevancia y propio. Sin lugar a dudas, el blog está más vivo que nunca. Hay algunas pistas para producir más contenido para tu blog y no morir en el intento.
Lo cierto es que todo esto carece de sentido sin algo que siempre se nos olvida: eres el puente entre tu marca y los fans y los fans y tu marca. Por mucho que tú hagas un trabajo excelente de comunicación, si todo lo que te cuentan los fans no es escuchado por tu marca, todo se va al garete. Es decir, debe haber un reflejo real y directo de tu actividad en las redes y cómo se comporta la marca fuera de ellas. Si no se solucionan los problemas, si no se tienen en cuenta las peticiones, si no se quiere mejorar gracias a la escucha directa y privilegiada de los consumidores (incluso algunos serán futuros consumidores, o, incluso ‘leads’), no sirve de nada. Porque entonces estaríamos ante un anuncio a la antigua usanza.
Una buena forma de que esto ocurra es implicar al resto de empleados incluso invitándoles a colaborar en el blog corporativo. Además, ellos son los que mejor conocen la marca y los que mejor van a resolver cualquier duda que surja en las redes. ¡Todos para uno y uno para todos!
Me gustaría que, por último, también le echaras un vistazo a los 15 errores más comunes en Social Media que Alejandra Hernández nos explica en 40 de Fiebre. Es bueno conocer estos pequeños errores muy humanos para poder solucionarlos cuanto antes.
¿Qué acciones llevas tú a cabo? ¿Hay algo muy importante que veas que se me ha olvidado? Deja tu comentario para que podamos conocer tu opiníon 🙂
Imagen | Obra derivada de una foto (CC) de Rosenfeld Media con iconos de LeBlancK
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